Escuchamos hablar y leemos por todos lados sobre el sistema inmunológico y la importancia de fortalecerlo, sobre todo ahora, cuando la pandemia del coronavirus parece seguir en su apogeo. Pero, de acuerdo a lo que nuestro fundador, Dr. Juan Rivera, nos informó desde el principio de esta situación de salud pública, lo primero que debemos saber es cómo reconocer que tenemos un sistema inmunológico deprimido o debilitado.
De acuerdo a Dr. Juan, existen 6 señales que indican que lo está y si las experimentamos, podemos tomar de inmediato las medidas para mejorarlo. Veamos cuáles son.
-
Un nivel de estrés demasiado alto. La mayoría de nosotros cargamos con este karma. Mientras más alto está el nivel de estrés, más debilitada estará nuestra inmunidad. Muchas personas se engañan con esta señal porque piensan que si no están enfermas cuando están bajo mucho estrés, todo está bien. Pero suele ocurrir que en momentos de alta tensión esto no suceda porque todo nuestro organismo está en estado de alerta máxima, pero apenas disminuye un poco esa cascada de hormonas de estrés, nos enfermamos.
-
Gripe constante. Tener uno o dos resfriados al año es normal y no significa que hay un sistema debilitado. Sin embargo, cuando se convierte en una constante, es sin lugar a dudas un indicativo de que algo no está bien con nuestro sistema de defensa y los patógenos podrían tomar ventaja de nuestro organismo.
-
Problemas estomacales. Se ha visto que existe una estrecha relación entre molestias como colon irritable, mala digestión, acidez, etc. Un indicativo del desbalance en el microbioma o flora intestinal, que como puedes leer en otro artículo, tiene un vínculo directo con la respuesta inmunológica. Para reforzar nuestras defensas necesitamos aumentar la cantidad de bacterias o probióticos que lo estimulen.
-
Demora en la cicatrización de heridas. De la misma manera que le ocurre a pacientes que padecen diabetes, si las heridas no cicatrizan normalmente, puede ser una señal de un sistema inmune débil, porque es el encargado de actuar de inmediato ante la lesión de un tejido.
-
Infecciones recurrentes que requieran el uso de antibióticos al menos dos veces en un periodo de un año debido a neumonías, infecciones al oído o sinusitis bacterianas, por ejemplo. Cualquiera de estos ejemplos, entre otro tipo de infecciones, es una clara señal de que las defensas no pasan por su mejor momento.
-
Cansancio y fatiga permanente. Puede estar relacionada al estrés, que como vimos, es también una señal de un sistema bajo, por lo tanto, están entrelazados y necesitan tratarse también de manera integral para superarlos.
Aquí puede ver el vídeo donde Dr. Juan nos lo explica:
¿Cómo podemos mejorar nuestro sistema inmunológico naturalmente?
¡Tenemos muchos artículos al respecto! Porque tal como te sucede a ti, estamos todos enfocados en mejorar nuestra respuesta defensiva para estar preparados de la mejor manera posible no solo para la eventualidad de un contagio de coronavirus, sino siempre, ante cualquier amenaza. Por eso queremos recordarte lo importante que es:
-
Dormir adecuadamente entre 7 a 8 horas, e idealmente, temprano, ya que esto mejora muchísimo la respuesta inmunológica. Durante el tiempo de sueño ocurren diversos procesos que ayudan a lograrlo, como alzas de ciertas células involucradas en la inmunidad, así como el ajuste de aquellas sustancias que intervienen en la inflamación y el manejo del estrés. (1)
-
Mantenernos activos, ejercitándonos al menos 30 minutos cada día. El ejercicio es una de las mejores medicinas “todoterreno”. ¡Sirve para todo! Y se ha comprobado en muchísimos estudios su efecto positivo, mejorando la inmunidad cuando se hace de manera regular y moderada, ya que interviene en procesos de la sangre, tejidos, distribución y función de las células, así como disminuyendo la inflamación y el estrés psicológico, entre otras cosas. Se ha visto, incluso, que mejora la respuesta a las vacunas en pacientes de riesgo. Es tanto el beneficio que produce en la inmunidad de las personas, que se recomienda para mejorar la salud de ancianos, personas obesas, pacientes de cáncer y VIH. (2)
-
Comer entre 3 a 5 porciones de frutas diariamente. Esto ayuda, entre otras cosas, a bajar la inflamación, que tiene directa relación con nuestra capacidad inmunitaria. Mantener nuestra alimentación con productos frescos nos ayuda a obtener los antioxidantes y diversos compuestos que son esenciales para llevar a cabo cada etapa y mantener las partes que requiere un sistema inmunológico saludable, como una menor cantidad de marcadores proinflamatorios y en cambio, un mayor número de células inmunes. (3)
-
Controlar el estrés (4). Revisa nuestros blogs sobre cómo aprender a manejarlo y qué productos pueden darte una mano.
-
Probióticos. Diversos estudios muestran que cuando consumimos probióticos como yogurt, kefir, chucrut o kombucha, entre muchos otros, se estimula el sistema inmunológico. Entre otros mecanismos que tienen que ver con esto, aumenta la producción de células relacionadas a la inmunidad del intestino, de los bronquios, de las glándulas mamarias y se activan las células T, que se encargan de eliminar a los invasores del cuerpo. Los probióticos también controlan el crecimiento de bacterias malas en el intestino, mejoran la respuesta inmunitaria en general, pero sin elevar la inflamación, entre otros mecanismos que favorecen la respuesta defensiva (5).
-
Incluir productos que sean ricos en vitamina C o suplementarla (6).
-
Agregar otros suplementos inmunorreguladores que puedan apoyarlo como zinc (7), equinácea (8), elderberry (9), quercetina (10), entre otros.
Revisa nuestros blogs sobre cómo fortalecer el sistema inmunológico. Recuerda que hacerlo no solo te ayudará a disminuir las probabilidades de contraer el coronavirus o enfrentarlo de mejor manera, sino, poder estar preparado para cualquier amenaza a tu salud y bienestar.
Seamos más saludables, ¡juntos!
Tus amigos de Santo Remedio