Comenzar el año con una limpieza profunda de los lugares donde guardas la comida es una excelente manera de iniciar un estilo de vida más saludable. No solo ayuda a despejar tu espacio, sino que también fomenta mejores hábitos alimenticios, lo que facilita alcanzar tus metas de bienestar. Siempre realizo la limpieza de mi despensa y de mi refrigerador durante el primer mes del año, y esto me ayuda a mantenerme enfocada en mis metas de bienestar. Aquí te explico cómo transformarlos para un año más limpio, organizado y consciente de la salud.
1. Limpia y deshazte de lo innecesario
El primer paso para una despensa renovada es sacar todo y evaluar lo que tienes. Revisa las etiquetas de los productos, especialmente el contenido de azúcar. Aquí tienes un consejo rápido para poner las cosas en perspectiva: 1 cucharadita de azúcar equivale a 6 gramos. Entonces, si un producto tiene 24 gramos de azúcar por porción, estás consumiendo el equivalente a 6 cucharaditas de azúcar de una vez.
Ten cuidado con los “azúcares añadidos”, esto significa que los fabricantes han agregado azúcares extra en alguna forma. Además, revisa las fechas de caducidad y deshazte de todo lo que ya ha pasado su fecha de vencimiento. Una vez que los estantes estén vacíos, límpialos con una solución de vinagre y agua para desinfectarlos y agregarles una sensación de frescura.
2. Organiza y clasifica
Una vez que tu despensa esté vacía, agrupa los productos similares. Clasifica tus alimentos: granos, comidas enlatadas, meriendas, productos de repostería y especias, etc. para que sea más fácil encontrar lo que necesitas.
Mientras revisas tu despensa, haz inventario de lo que tienes en exceso y planifica las próximas comidas en las cuales puedes usar todo eso y reducir el desperdicio. Además, tómate un momento para evaluar los tipos de grasas en tu despensa. Opta por grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, que son más saludables para tu corazón. Cuidado con las grasas saturadas (las que son sólidas a temperatura ambiente), ya que en exceso pueden contribuir a enfermedades coronarias. Lo ideal es buscar productos que contengan 3 gramos o menos de grasa saturada por porción, y si consumes productos con más grasa, hazlo con moderación.
3. Usa opciones inteligentes de almacenamiento
• Contenedores: Invierte en contenedores transparentes y etiquetados para productos secos como pasta, arroz y cereales. Los envases de vidrio son mi opción preferida porque mantienen los alimentos frescos y permiten ver fácilmente lo que tienes. Si usas plástico, asegúrate de que sea libre de BPA para evitar que productos químicos dañinos se filtren en tu comida. ¡Hagamos del 2025 un año más libre de plástico!
• Cestas: Las cestas son perfectas para organizar artículos pequeños o meriendas, y hacen que todo sea más fácil de acceder. Me encanta usar hermosas cestas para las meriendas saludables, ya que les agrega un toque encantador y ayuda a crear hábitos de alimentación consciente. (Recuerda, la comida entra primero por los ojos).
• Estantes elevados: Maximiza el espacio vertical usando estantes portátiles elevados. Son ideales para asegurarte de que puedas ver y alcanzar fácilmente los artículos más pequeños. Los uso para organizar cosas como tazas de café y envases pequeños.
4. Etiquétalo todo
Las etiquetas son excelentes para mantener tu despensa organizada. Me encantan las etiquetas que se pueden borrar, para poder cambiarlas fácilmente cuando repongo o reemplazo productos. Esto mantiene las cosas organizadas y ayuda a todos en la casa a saber exactamente dónde va cada cosa. Además, hace que sea más fácil encontrar lo que se necesita rápidamente.
Puedes hacerlo a mano o con una máquina de etiquetas. Este pequeño esfuerzo puede ahorrarte tiempo a largo plazo.
5. Planifica tus comidas
La planificación puede prevenir compras impulsivas y ayudarte a aprovechar lo que ya tienes. Tómate unos minutos cada semana para crear el menú de los siguientes días y mantener una lista de ingredientes que necesitas para evitar sobrecargar tu despensa.
Además, considera programar revisiones regulares de esta, como una vez al mes o cada trimestre, para revaluar tu inventario y asegurarte de que se mantenga organizada durante todo el año.
6. Hazla acogedora
Tu despensa debe ser tan acogedora como funcional. Añade toques personales con contenedores decorativos, de manera que sea un lugar que disfrutes. Si es posible, instala luces adicionales, ya que una buena iluminación hace que sea más fácil ver los ingredientes y crea una atmósfera agradable.
Organiza los artículos que más usas al alcance de los ojos para un acceso fácil. Pon los productos por fecha de caducidad, dejando los más nuevos detrás de los que expiran pronto, para asegurarte de que estos se usen primero y así no desperdicies comida.
7. Cocina más saludable
Una limpieza en tu despensa no solo se trata de organización, también es una oportunidad para eliminar ingredientes poco saludables. Deshazte de todo lo que contenga aceites parcialmente hidrogenados o grasas malas—estas se encuentran en muchos alimentos procesados.
Sé consciente de los aceites: aunque algunos aceites vegetales (como los de maíz, soya y girasol) son ricos en ácidos grasos omega-6, un exceso puede causar inflamación. Los aceites de palma y coco son grasas saturadas, y aunque no son tan dañinos como las grasas trans, es mejor usarlos con moderación.
Sigue estos pasos también en tu refrigerador y verás que no solo organizas mejor tu cocina, sino que también será un apoyo para tus objetivos de peso y salud. Una despensa limpia y bien surtida hace que cocinar y preparar comidas sea más agradable y eficiente, y puede ser una gran motivación para mantener tus metas a lo largo del año.
¡Por un nuevo comienzo, una alimentación más saludable y una despensa más organizada en 2025!
Tu nutricionista,
Sabrina Hernández
