Vinagre de Marsella hecho en casa para combatir los patógenos
A lo largo de la historia, ha habido remedios caseros que han salvado muchísimas vidas. La sabiduría popular de diversas culturas, basada en el uso de la naturaleza, siempre ha colaborado en situaciones de emergencia, como las pandemias. Así ocurrió, por ejemplo, durante la Edad Media, cuando Europa cayó presa de la peste negra o bubónica, una infección de los ganglios linfáticos, transmitida a través de la picadura de las pulgas de las ratas a los humanos, y luego, de unos a otros por contacto o inhalación de aerosoles. Unos 200 millones de personas murieron y parecía que el mundo estaba condenado a desaparecer. Sin embargo, en Marsella, Francia, había un grupo que parecía inmune a esta enfermedad y tenía algo en común: el uso de una mezcla hecha con vinagre y diversas hierbas.
La historia cuenta que un grupo de cuatro ladrones, robaban y usaban las pertenencias de quienes morían enfermos por la peste, sin infectarse. Cuando la banda fue apresada, negociaron el secreto de su inmunidad a cambio de la libertad. Se trataba de una mezcla de vinagre y hierbas como ajenjo, salvia, clavo de olor, tomillo y romero. Cada uno de ellos debía untarlo en sus manos y en la cara para repeler la peste. Desde entonces se conoce la fórmula como el vinagre de Marsella o de los cuatro ladrones, una combinación de sustancias útiles para repeler las pulgas, disminuir el dolor e inflamación, enmascarar los olores y combatir los gérmenes. (1)
Las versiones sobre el origen y la fórmula de esa mezcla son muy variadas, aunque es parte de la historia y está expuesta en el Museo de París(1). Algunas dicen que la mezcla la creó un grupo de monjes alquimistas, pero la mantuvieron en el más estricto secreto por miedo a ser acusados de brujos. Puede que la historia tenga algunos toques de leyenda o las versiones hayan cambiado o agregado algunos elementos a la mezcla, lo cierto es que a través de los siglos se ha continuado usando. Pero, ¿realmente funciona?
Las bases científicas de esta historia
Se estima que en la actualidad un 25% de los fármacos y otro tanto de productos para el hogar tiene origen vegetal, especialmente ahora, que hay un regreso a lo natural y a lo amigable con el medio ambiente (1). En medio de toda esta revolución, algunas fórmulas naturales han retomado esta mezcla de vinagre de Marsella, con algunas modificaciones, especialmente para combatir los gérmenes de las superficies, porque todas las hierbas y especias usadas en esta mezcla están validadas científicamente por sus propiedades antibacterianas, en contra de hongos y antivirales, entre otros aspectos. Aquí tienes algunos datos:
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Vinagre: El ácido acético que contiene posee potentes propiedades antimicrobianas que se usan desde la época babilónica y que han podido ser probadas, por ejemplo, su capacidad para inhibir el crecimiento de bacterias como E. coli. Su mejor uso para combatir patógenos en las superficies se logra sin diluir. (2)
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Ajenjo (Artemisia absinthium): Todas las especies de esta planta que prácticamente crece en todo el mundo, poseen propiedades antioxidantes, antimicrobianas, antibacterianas, insecticidas y antiinflamatorias, gracias a aceites esenciales y flavonoides como la quercetina y resveratrol, entre otros. (3)
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Salvia (Salvia officinalis): Los estudios han mostrado que esta planta, originaria de Medio Oriente, posee una variedad de usos farmacológicos más amplia de lo que se conocía. Puede combatir numerosos patógenos como listeria, también tiene un efecto inhibidor del E. Coli y la salmonella, entre otros. De la misma manera se ha comprobado que tiene efectos contra hongos y virus. (4)
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Clavo de olor (Syzygium aromaticum): Posee tantas sustancias con actividades farmacológicas que impresiona. Es excelente contra parásitos, bacterias, herpes, hongos, virus y microorganismos patógenos. Puede combatir el Pseudomonas aeruginosa que puede causar infecciones como la neumonía. (5)
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Tomillo (Thyme): Contiene sustancias químicas con propiedades analgésicas, antiinflamatorias, antimicrobianas, antibacterianas y fungicidas que pueden acabar con diferentes bacterias, gérmenes y hongos, incluyendo Staphylococcus aureus, Bacillus subtilis, E. coli y Shigella sonnei, entre otros. (6)
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Romero (Rosmarinus officinalis): Cuenta con numerosas actividades farmacológicas, entre estas antioxidantes y antimicrobianas, principalmente gracias a componentes químicos llamados metabolitos, entre los que se encuentran aceites esenciales. (7)
Algunas mezclas del vinagre de Marsella también usan:
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Ajo (Allium sativum): Más allá de todo lo que puede hacer internamente por nuestro organismo, como antiinflamatorio, antioxidante y ayudando a reducir resfriados y gripes, también puede proteger a nivel externo. Sus diversos compuestos bioactivos, como azufre y aliína, han probado también propiedades antibacterianas y antifúngicas. (8)
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Alcanfor (Cinnamomum camphora): Hay estudios que comprueban las capacidades antibacterianas de su aceite esencial, muy efectivo para eliminar el crecimiento del E. coli, uno de los patógenos más comunes, causante de infecciones (9). Además de tener excelentes propiedades antiinflamatorias.(10)
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Angélica (Angelica archangelica): Es otra especie con propiedades antimicrobianas, que también puede combatir el E. Coli, entre otras bacterias y, de igual forma, combate los hongos como la cándida. También tiene cierta acción insecticida contra algunos tipos de mosquitos, evitando sus picaduras. (11)
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Mejorana (Origanum majorana): Su uso es antiquísimo y en la actualidad se ha comprobado una larga lista de propiedades que incluyen antibacteriana y antifúngica. (12)
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Reina de los prados (Filipendula ulmaria): Se le considera la precursora de la aspirina, pues contiene ácido salicílico natural. Y la ciencia ha comprobado su capacidad analgésica, combatiendo los dolores asociados con la inflamación (13). También ayuda a enmascarar los olores, razón por la cual solía usarse en las pócimas contra la peste negra para cubrir el aroma de los cuerpos descompuestos. (1)
Como puedes ver, todos los productos usados en algunas de las versiones del vinagre de Marsella tienen propiedades que han sido validadas científicamente, lo cual explica su uso en aquel momento y el que sigan vigentes hasta hoy. Y aunque actualmente puedes encontrar muchísimas opciones de productos que contienen algunas de estas hierbas, vamos a compartir contigo una receta casera que puedes preparar fácilmente para crear tu propio vinagre de los 4 ladrones o de Marsella, versión moderna, que aparece en el libro Santo Remedio de Dr. Juan.
Ingredientes
- 2 1/2 tazas (500 ml) de vinagre de manzana o vinagre blanco
- 2 cucharadas de hojas secas de salvia
- 2 cucharadas de hojas secas de tomillo
- 2 cucharadas de hojas secas de romero
- 2 cucharadas de flores secas de lavanda
- 2 cucharadas de hojas secas de menta (puedes agregar más para cubrir el olor a vinagre)
- 2 cucharadas de ajenjo o artemisa
- 8 dientes de ajo
- 1 vara de canela
- 8 clavos de olor
- 1 hoja de laurel
- 1 frasco de vidrio con tapa (de corcho o plástico. No metal.)
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1 cuchara de madera
Pon todas las hierbas y especias en el frasco de vidrio. Agrega el vinagre. Revuelve suavemente con una cuchara de madera. Tapa y deja macerar en un lugar oscuro y fresco por al menos 2 semanas. Luego lo cuelas y lo guardas en el mismo frasco, siempre en un sitio oscuro y fresco.
Si estás pasando por una gripe o resfriado, diluye una cucharadita de vinagre de Marsella en un vaso de jugo, té o agua y bébelo diariamente, como apoyo complementario a tu tratamiento médico.
También puedes usarlo como repelente de insectos sobre la piel, antes de una actividad al aire libre. Puedes ponerlo en una botella plástica con tapa de aerosol (spray) para aplicarlo. Úsalo solo o diluido con 1/3 de la botella de agua.
Puedes usarlo como limpiador de superficies (en una botella de spray), especialmente de mesones, juguetes, detrás de las camas y esquinas, para evitar insectos, etc.
Seamos más saludables y “eco-friendly”, juntos.
Tu equipo Santo Remedio.