¡Supera la impotencia y disfruta de tu intimidad!

Si en el último tiempo tú o tu pareja han sentido que algo no funciona bien en la cama, no te alarmes. Es un problema común, no es el fin del mundo y definitivamente, no pone en jaque la virilidad. 

Según un estudio publicado por la Revista de Medicina de Nueva Inglaterra, al menos el 40% de los hombres después de los 40 años y más del 50% después de los 70 años experimenta impotencia o Disfunción Eréctil (DE). Incluso, esto puede ocurrir más allá de la edad, pues al menos un 7% de hombres menores de 40 años también puede padecerla. 

Afortunadamente, el tema cada día va dejando de ser tabú o motivo de vergüenza, hay muchísima ayuda profesional para aprender a manejarlo y la ciencia, por su lado, se encarga de encontrar soluciones confiables a las cuales podemos acceder para recuperar la vitalidad sexual y con esto, la confianza. 

¿Qué es exactamente la disfunción eréctil o impotencia?

En palabras simples, se refiere a la incapacidad de alcanzar o mantener una erección lo suficientemente fuerte que permita mantener una relación sexual. No creas que si, esto ocurre de vez en cuando, significa que la persona está sufriendo del problema como tal. Quizás, ciertas situaciones estresantes en su rutina o enfermedades comunes puedan estar generando una falta de erección esporádica. Eso es completamente normal. El problema se da cuando ocurre de forma constante, desencadenando baja autoestima, impacto psicológico y en la relación de pareja. Por eso es importante tomar acción a tiempo.  

¿Qué factores pueden desencadenar la impotencia?

La disfunción eréctil puede tener distintos desencadenantes. Por ejemplo:

>La andropausia o envejecimiento masculino, debido a la reducción en la producción de testosterona. 

>Estilo de vida: bajo nivel nutritivo y alimentación deficiente, tabaquismo, consumo excesivo de alcohol, mala calidad del sueño, entre otros. 

>Problemas de salud mental: como estrés, depresión o ansiedad. 

>Uso de medicamentos como diuréticos y antidepresivos, o ciertos tratamientos médicos para el cáncer y otras enfermedades. 

>También puede ser la señal de alerta de algunos problemas de salud como diabetes, enfermedades cardiovasculares, presión arterial alta, etc. La diabetes, por ejemplo, daña los nervios y los vasos sanguíneos, afectando el flujo de la sangre hacia el pene, imprescindible para alcanzar una erección. 

Lo que NO se debe hacer cuando se sufre de impotencia

*NO: Ignorar el problema o bien, ocultarlo, no es una opción inteligente. El primer paso es aceptarlo y buscar ayuda profesional. 

*NO: Distanciarse de la pareja. Esto no va a solucionar el problema, por el contrario, generará desconexión y puede, incluso, desencadenar una separación definitiva. 

*NO: Desviar la atención y responsabilizar a la pareja de la situación. La transparencia y honestidad son fundamentales para enfrentar el proceso.

*NO: Rechazar a la pareja, hacerla sentir no deseada o deteriorar su propia autoestima. 

Alternativas para superar este problema

La mejor parte de un problema tan común como este, es que tiene muchas opciones de tratamiento y de apoyo. Lo más importante es que siempre sean referidas y supervisadas por un profesional médico para estar al tanto de las necesidades específicas de la persona y de los riesgos de cada alternativa. 

~Medicamentos orales

Se trata de fármacos como sildenafilo, tadalafilo, vardenafilo y avanafilo, que ayudan a mejorar el flujo sanguíneo hacia el pene, mejorando con esto la erección. 

~Medicamentos no orales

Son inyecciones aplicadas directamente en el pene o supositorios uretrales, que también colaboran con el flujo de la sangre para mejorar la erección. 

~Dispositivos de vacío

El mecanismo de estos es llevar sangre hacia el pene con la misma finalidad de generar y mantener la erección.

~Implantes de pene 

Son dispositivos que se ponen dentro del pene a través de una intervención quirúrgica para ayudar con la erección. 

~Dieta saludable y equilibrada

Una dieta apropiada, rica en frutas y vegetales, en legumbres, cereales integrales y pescados altos en ácidos grasos es la mejor vía para obtener los antioxidantes y otros nutrientes esenciales que mejoran el rendimiento y evitan factores de riesgo de la disfunción eréctil, como la presión arterial alta y la diabetes.

~Suplementos de apoyo

Aunque no se trata de ayuda instantánea, al igual que ocurre con la dieta, agregar ciertos ingredientes a la rutina diaria puede ser una buena manera de apoyar el rendimiento sexual. 

• El ginseng y el extracto de remolacha por ejemplo, ayudan en la producción de óxido nítrico, mejorando el flujo de sangre en todo el cuerpo, lo cual apoya las erecciones. 
• La maca puede ayudar a combatir la fatiga, mejorar la energía y el rendimiento. 
• La vitamina B, el omega 3 y el magnesio intervienen en la producción de testosterona y apoyan la salud de los vasos sanguíneos y de las arterias, fundamentales para evitar la disfunción eréctil.