¿Te has preguntado por qué la inflamación de nuestro cuerpo se vuelve protagonista durante la menopausia? Bueno, te cuento que el estrógeno juega un papel importante en la regulación de los síntomas del cuerpo y en su respuesta inflamatoria.
La inflamación, aunque es una respuesta inmunitaria natural que ayuda al cuerpo a combatir infecciones y a curar heridas, debe mantenerse bajo control si queremos mantenernos saludables. Pero durante los cambios hormonales no es fácil lograrlo.
Durante el periodo menstrual o en la menopausia, el estrógeno cae drásticamente, haciendo que sus síntomas se sientan fuertes y claros: desde los cambios de humor hasta nuestro sueño. Pero hay más.
La disminución del estrógeno también acelera la acumulación de grasa visceral alrededor de nuestro abdomen. Esa grasa tan peligrosa genera citoquinas inflamatorias, que son una especie de “mensajeras”, las cuales pueden estimular la inflamación crónica del cuerpo.
La inflamación crónica que puede ocurrir cuando estamos constantemente estresadas, durante nuestros cambios hormonales, puede provocar una variedad de problemas de salud. Para que te hagas una idea: demasiada inflamación durante mucho tiempo, es como mantener constantemente nuestro cuerpo entre las llamas.
Tomar conciencia de que debemos controlar la inflamación nos dará la motivación para realizar los cambios necesarios a nuestra rutina y priorizar los alimentos que nos ayudan a lograrlo. Veamos qué podemos hacer.
Trata tu cuerpo con cariño
En periodos de estrés hormonal, debemos consentirnos. Tomar más tiempo para relajarnos, para meditar y para dormir nos permite recuperarnos más rápido. Es el momento ideal para disfrutar de caminatas tranquilas, de movimientos corporales suaves, del yoga o del Pilates. Estas actividades pueden resultar restauradoras en lugar de hacer ejercicios bruscos que pueden agotarnos y estresarnos aún más.
Incorpora Omega 3: la reina de las grasas
Aunque las comidas equilibradas que incluyen una variedad de carnes magras, cereales integrales, frutas y verduras son siempre una buena opción, existe un grupo esencial de alimentos llamados grasas saludables. Este grupo contiene una variedad de ácidos grasos, que llamo la reina de los nutrientes, mejor conocida como Omega 3.
Durante la menopausia, los ácidos grasos Omega 3 se vuelven más importantes que nunca. Esta grasa polinsaturada se considera esencial para la buena salud y los niveles saludables de inflamación, ya que ayuda a combatirla. Lamentablemente nuestro cuerpo no puede producir estos ácidos grasos por sí solo, así es que debemos obtenerlos de los alimentos.
En mi caso, durante el proceso de la menopausia, más que nunca, me aseguro de comer salmón u otros pescados grasos como el atún o la caballa al menos tres veces por semana. También incluyo semillas molidas de linaza y chía, edamame, tofu y nueces como parte de mis meriendas. Uso aceite de oliva en mis ensaladas (e incluso lo utilizo para masajear mis manos y cutículas). Los aguacates, las mantequillas de nueces, todos los frutos secos y semillas son parte de mis buenos hábitos alimenticios diarios en esta etapa.
Conocer las propiedades antiinflamatorias de los ácidos grasos omega 3 me motiva a esforzarme por consumir a diario la cantidad suficiente. Sentir sus efectos positivos en mi cuerpo, especialmente manteniendo el colesterol bueno en un nivel más saludable, mi cabello brillante, mi piel y uñas fuertes, es una victoria diaria para mí.
Esta grasa buena desempeña un papel crucial en la salud de nuestro corazón, huesos, articulaciones y piel, mejora nuestro estado de ánimo durante nuestro ciclo menstrual y en la etapa de la menopausia. La mejor parte es que los alimentos ricos en estas grasas saludables son tan buenos para nosotros, ¡como deliciosos!
Tu nutricionista,
Sabrina Hernández